sábado, 27 de marzo de 2010

Autocontrol de la mente

A veces basta con detenerse un breve instante para que nuestros actos sean distintos...

Cito textualmente a Nyanaponika Mahathera:

La mayor parte del sufrimiento que el hombre crea en el mundo proviene no tanto de la maldad deliberada como de la ignorancia, desatención, irreflexión, precipitación y falta de autocontrol. Muchas veces, un sólo momento de atención o sabia reflexión habría prevenido una larga secuencia de sufrimiento o culpa. Al demorarse un instante antes de actuar, como se acostumbra en la Atención Pura, uno podrá aprovechar aquél decisivo, aunque breve momento, en el que la mente, no ha adoptado todavía un curso de acción bien definido o una actitud determinada, sino que está en estado de recibir instrucciones competentes. El momento siguiente puede ya cambiar completamente la situación, dando definitivamente supremacía a los impulsos viciados y a los falsos juicios internos, o bien a las influencias perniciosas del exterior. La Atención Pura ralentiza, e incluso detiene, la transición del pensamiento a la acción, proporcionándonos más tiempo para llegar a una decisión madura. Tal ralentización es de vital importancia en tanto las palabras y actos no provechosos, perjudiciales o dañinos broten con excesiva espontaneidad, es decir, mientras aparezcan como reacciones inmediatas a los acontecimientos o a los pensamientos, sin dar a los «frenos internos» de la sabiduría, el autocontrol y el sentido común, la oportunidad de actuar. La adquisición del hábito de «ralentizar» nos proporcionará un arma eficaz contra la precipitación de palabra y de obra. Aprendiendo a través de la Atención Pura a hacer una pausa, ralentizar y detenerse, la plasticidad y receptividad de la mente aumentarán considerablemente, porque las reacciones de naturaleza indeseable ya no ocurrirán automáticamente con la misma frecuencia que antes.

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